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Por qué el móvil nos engancha y cómo nos afecta

Autora: Ana M. Hidalgo

La adicción al móvil es una expresión coloquialmente aceptada entre la población general y también entre algunos especialistas de la salud, pero ¿existe realmente?, ¿cómo saber si estamos enganchados al móvil?, ¿cuáles son sus causas y consecuencias?

Si eres de los que no sueltas el móvil ni a sol ni a sombra, ¿podrías tener adicción al móvil?

En este artículo intentaré darte una visión amplia del panorama actual al respecto. Como verás, tiene más matices de los que a priori parece.

Diferencia entre uso, abuso y adicción al móvil

Igual que no todas las personas que consumen sustancias tienen un problema de adicción, no todas las personas que usan el móvil son adictas al mismo.

Usamos adecuadamente del móvil cuando lo utilizamos de forma puntual, sin generar ningún tipo de deterioro laboral, social o familiar.

Ahora bien, si comenzamos a exceder su uso, podemos iniciarnos en un abuso del móvil. Es aquí donde gran parte de la población se encuentra. Cuando abusamos del móvil, éste va dirigiendo o condicionando cada vez más nuestra vida.

El problema comienza a complicarse cuando desarrollamos tolerancia al móvil. Es decir, necesitamos pasar más tiempo con él para sentir el mismo grado de estimulación. Lo miramos, aunque no tengamos muy claro ni qué queremos mirar, nos lo llevamos a todos lados como si fuese indispensable, su ausencia influye en nuestro estado de ánimo… De esta forma, el no tenerlo cerca, puede llegar a generar cierto malestar físico y psicológico (lo que llamamos abstinencia).

Todo esto puede desbordar la situación cuando aquello que hacemos con el móvil ocupa un lugar prioritario en la vida. Por ejemplo, se desatiende el trabajo para atender a las redes sociales, jugar al candyCrash o consultar aplicaciones y chats. No es que no se quieran atender las responsabilidades que uno tiene, sino que el móvil absorve la enegía y lo impide de algún modo. En estos casos la adicción al móvil ya está servida.

Pero , ¿realmente esto sucede?, ¿se puede pasar de un abuso a una adicción al móvil?

¿Existe realmente la adicción al móvil?

Si nos ponemos a hablar en plan técnico (cosa que no me pega nada), podemos decir que el manual diagnóstico más empleado en consulta (DSM-V), no reconoce la adicción al móvil como tal.

De hecho, entre los trastornos adictivos no relacionados con sustancias sólo reconoce el juego patológico.

Sin embargo, bajo mi criterio, el que todavía no esté incluido no quiere decir que no se incluya más adelante.

Hay casos en los que el abuso del móvil ya roza otros límites que yo personalmente sí consideraría adictivos.

De hecho, hay grandes semejanzas con la adicción al juego patológico.

Por eso, no es casualidad que el prestigioso hospital Gregorio Marañón de Madrid, haya abierto sus puertas a una unidad para el tratamiento a la adicción a las nuevas tecnologías.

Principales parecidos entre la adicción al móvil y otras adicciones:

En primer lugar, una persona adicta realiza conductas persistentes y recurrentes, que provocan un deterioro o malestar significativo.

Cuando el abuso del móvil es excesivo, se desatienden tareas, se piensa con menor claridad, el uso de pantallas puede provocarles agotamiento, insomnio

Además, estas personas han puesto en peligro o han perdido relaciones importantes por atender a su adicción. Como sabes, las relaciones personales se suelen ver deterioradas por atender el móvil con mucha frecuencia. De hecho, dificultan por ejemplo entablar conversaciones fluidas.

Por otro lado, los adictos están nerviosos o irritados cuando tienen que estar alejados de aquello que genera su adicción. En este caso, ¿cuántas personas conoces que vivan como un drama el olvidar el teléfono?

Otra semejanza con el resto de adicciones es que los esfuerzos por intentar controlar la adicción no han tenido éxito. Algunas personas reconocen hacer uso excesivo del móvil, sin embargo, son incapaces de no mirarlo o dejarlo en casa.

De igual modo, las personas adictas a menudo tienen la mente ocupada en aquello que les engancha. En los casos de adicción al móvil suelen abrir y cerrar aplicaciones sin ningún objetivo concreto, creen que suena sin que lo haga, fantasean con revisar sus nuevos mensajes o likes…

De hecho, otra semejanza es que con frecuencia se usa cuando se siente desasosiego (ansiedad, depresión, aburrimiento…).

Ahora bien, hay que tener en cuenta que lo que genera la adicción no es el móvil u objeto en sí mismo, sino aquello para lo que lo usamos. Nos enganchamos (gracias al móvil) a la recompensa social que obtenemos (likes, match, seguidores…). También es una fuente rápida de acceso a juegos, compras, cotilleos, contacto social, relaciones… y es todo esto lo que precisamente engancha.

¿Qué nos está ocurriendo?

Pese a lo que algunos puedan creer, la adicción al móvil es más frecuente de lo que nos pensamos. Según el periódico El País, se calcula que en torno a un 3- 4% de los españoles tiene adicción a las nuevas tecnologías.

Lo que a mí me llama la atención ya no es la adicción en sí (que se da sólo en casos graves), sino cómo ha cambiado la forma en que nos relacionamos desde que el móvil llegó a nuestra vida.

A menudo nos reunimos para pasar tiempo con nuestros seres queridos, o al menos, eso nos decimos en nuestras cabezas. Sin embargo, parece que empieza a hacerse habitual el compartir habitación o sala con otros, pero no relación, pues cada uno atiende más a su propio móvil que a las personas que están a su alrededor.

En cualquier tipo de reunión, cada vez más personas se entretienen con su realidad virtual a través de las nuevas tecnologías, desatendiendo su vida real.

No sé si tú también lo haces, pero es curioso, muchos incluso envían WhatsApp a las personas con las que están sentadas a la mesa, pero sin pronunciar una sola palabra. ¿Qué nos está pasando?

Algunos de mis clientes más jóvenes incluso me confiesan que les da vergüenza comunicarse por llamada (no WhatsApp) o de forma personal offline.

Cómo surge la adicción al móvil

Con la llegada de los móviles, los iphone, las tablets y demás aparatos electrónicos, parece que estamos incorporando esta nueva clase de adicción, no debida a ningún tipo de sustancias, pero igual de perjudicial para nuestra vida.

La adicción al móvil llega a nosotros de manera silenciosa, e incluso aceptada socialmente, pero como toda adicción, nos daña y nos despersonaliza, nos aleja de la realidad e interfiere cada vez más en nuestras relaciones sociales e incluso laborales.

Con las nuevas aplicaciones de mensajería instantánea la adicción parece crecer aún más. De hecho, no siempre es adicción al móvil en sí, es a sus aplicaciones. Por ejemplo, puedes vivir sin el móvil, pero te corroe el no saber si tienes algún match nuevo en Tinder.

Y es que, cuando existe alguna adicción al móvil, o a alguna de sus aplicaciones, se convierte en algo fundamental. Así, revisamos constantemente nuestro móvil para comprobar si tenemos alguna nueva notificación, si la otra persona ha recibido o leído nuestro mensaje, para revisar las conversaciones que ya hemos tenido, comprobar si tenemos algún match o like nuevo, o simplemente para cotillear la vida de los demás viendo las actualizaciones de su perfil o su Instagram.

Las nuevas tecnologías nos enganchan fácilmente y, a no ser que estemos atentos, caeremos sin darnos cuenta en las adictivas aficiones que nos proponen (redes sociales, juegos, aplicaciones …).

Por qué nos engancha tanto el móvil

La versatilidad del móvil hace que sea una fuente muy útil a la hora de encontrar estímulos novedosos. A nuestro cerebro le estimula la novedad. De hecho, si lo piensas, suele resultarnos placentero conocer nuevas personas, lugares, comidas… Esto hace que nuestra adrenalina suba, y con ello la sensación de placer.

También influye en nuestra adrenalina, por ejemplo, al plantearnos situaciones de cierta incertidumbre. ¿Gustará la foto que subes a Instagram?, ¿leerá tu mensaje?, ¿cuántos likes tendré?, ¿subiré a otro nivel en el juego?…

Además, el móvil aporta beneficios inmediatos. Gracias a él podemos consultar cualquier duda, reservar un restaurante o conversar con amigos a tan sólo un click.

Por otro lado, nos puede distraer de nuestras preocupaciones con muy poco esfuerzo, haciendo que nuestros temores se alejen.

Por si fuera poco, está bien visto y es aceptado socialmente, además de estar diseñado para atraernos y usarlo frecuentemente. Es decir, la probabilidad de que abusemos del móvil es alta.

Cómo saber si tengo adicción al móvil

mirartantoalmovilHacer un mal uso, o incluso abuso del móvil no significa que seas adictos, pues como hemos visto requiere de más elementos (tolerancia, abstinencia, pérdida de control…). Sin embargo, estás haciendo un mal uso del móvil, que puede generarte adicción al móvil, si has notado que:

  • Llevas tu móvil a todas partes.
  • Lo revisas con gran frecuencia.
  • Cualquier sonido te hace pensar que tienes una nueva notificación del móvil y no puedes resistir el impulso a comprobarlo.
  • Te preocupas si ves descender tu nivel de batería del móvil y no tienes un cargador cerca .
  • Sientes ansiedad, palpitaciones o sudoración cuando no puedes disponer de tu móvil.
  • Tus allegados te han hecho saber que le dedicas mucho tiempo al móvil.
  • Mirarlo es de las primeras cosas que haces al levantarte o al irte a dormir.
  • Coges el teléfono en cuanto te suena, aunque sepas que no puedes contestar bien la llamada.
  • En cuanto hay un segundo libre en tu día, coges el móvil, aunque no quieras hacer nada con él.
  • Si te suena una notificación, te cuesta dejarla pasar por alto y acabas mirándola en seguida.
  • Desde hace un tiempo miras la tele, cocinas o haces cualquier otra tarea mirando el móvil.
  • Sientes que te cuesta más concentrarte y que tu mente se dispersa más fácilmente.
  • Te sientas a comer con tu móvil bien cerquita.
  • Pasas mucho tiempo mirando tu móvil.
  • Consultas las actualizaciones de las noticias mil veces, aunque ya te las sepas de memoria…

Ten en cuenta que, como toda adicción, esta debe ser tratada con ayuda de un profesional. Sin embargo, quizás todavía estás en un momento en el que puedes aprender a controlar tu desbordante interés por el móvil.

Como veremos a continuación, y pese a lo que algunos creen, la adicción al móvil es una adicción más grave de lo que nos podemos pensar.

Algunas consecuencias de la adicción al móvil

Hace tiempo, en un artículo de la revista muy interesante, mostraban cómo un estudio de la Universidad de Salamanca y León habían encontrado cómo “un porcentaje significativo de estudiantes que abusaban del móvil tenían sintomatología depresiva, ansiosa y baja autoestima”.

Es decir, el abuso del móvil nos pasa factura a nivel emocional, aunque también a nivel físico y relacional. De hecho, estas son algunas de las consecuencias de la adicción al móvil más frecuentes:

  • Aumento del nivel de estrés.
  • Ansiedad, depresión.
  • Irritabilidad especialmente si se restringe su uso (abstinencia).
  • Vida sedentaria.
  • Dificultad para controlar impulsos o tolerar la frustración.
  • Problemas visuales y musculares (debido a malas posturas o digitalización excesiva).
  • Dolor de cuello y cervical.
  • Pérdida de control sobre el comportamiento (dificulta la concentración en el trabajo, los estudios, puede llevar a posponer actividades…).
  • Aislamiento social.
  • Dolor de cabeza.
  • Insatisfacción, remordimiento, culpa, frustración…
  • Conflictos de pareja y familiares por su uso excesivo.
  • Distracción o alejamiento de la realidad, pudiendo provocar accidentes laborales, de tráfico, caseros…

Cómo combatir la adicción al móvil

Te propongo algunas pautas que puedes comenzar a realizar para no sufrir esta dependencia al móvil o al menos, disminuirla:

  • Averigua si realmente haces un uso excesivo del móvil. Para ello puedes descargar alguna App como Quality Time o Your Hour que te indicará el tiempo que pasas con tu dispositivo.
  • Realiza un autorregistro donde anotes qué factores te llevan a consultar tu móvil a fin de que puedas prevenirlo. Por ejemplo, si es por aburrimiento, puedes buscar otras alternativas de ocio más saludable.
  • Prueba a quitar el sonido de las notificaciones de juegos y aplicaciones como WhatsApp, SMS, correo …
  •  Conecta tu móvil en la opción datos sólo durante unas horas al día.
  • Borra el historial de las conversaciones mantenidas, así evitarás revisarlas.
  •   Aprende a dejar el móvil en casa.
  •  Apaga el móvil cuando realices actividades importantes, de este modo no te distraerá.
  •  Aleja tu móvil de donde te encuentres, donde no puedas verlo ni alcanzarlo con la mano fácilmente.
  •  Apaga el móvil cuando te vayas a dormir, o déjalo en modo avión.
  • Desactiva o desinstala las aplicaciones que ves consumen gran parte de tu tiempo de forma poco productiva.
  • Instala algún programa que te permita contralar las horas de uso del móvil y limitarlas.
  • Piensa en las consecuencias que tiene para ti y los tuyos el hecho de pasar tantas horas con tu móvil (empeora tu relación de pareja, menos tiempo para tus hobbies y seres queridos, ocasiona problemas de vista, dolores de cabeza…).
  • Cuando te apetezca interactuar con otros, retoma la vida offline. Queda con tus amigos en persona, será mucho más gratificante para ambos.
  • Obviamente, si lo necesitas, pide ayuda profesional. Ya sabes que estoy a tu disposición.

Si el móvil se está convirtiendo en algo dañino para tu vida, actúa. Pide ayuda profesional.

Y tú, ¿cómo te relacionas con tu móvil? Cuéntanos tu experiencia, puede resultarnos de gran ayuda.

Para recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Te recuerdo que puedo brindarte mi ayuda tanto de forma presencial en Alcorcón (Madrid), como de forma on line.

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Sobre la autora:

Soy Ana Hidalgo, psicóloga especialista en la ansiedad y el estrés. Desde hace más de una década ayudo a personas como tú a superar situaciones difíciles y salir fortalecido de ellas.

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