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¿Eres una persona conflictiva?, ¿peleas más de lo que te gusta? Quizás seas conflictivo.

Autora: Ana M. Hidalgo

A nadie nos gusta que los demás nos vean como una persona conflictiva, pero, ¿cómo saber si realmente lo somos? y en tal caso, ¿cómo remediarlo?

Fíjate, todos decimos que deseamos una vida tranquila, sin conflictos, pero lo cierto es que muchas veces somos nosotros mismos los que los generamos consciente o inconscientemente.

Como sabes, los conflictos son inevitables al menos en cierta medida y, pese a lo que muchos piensan, no tienen por qué ser negativos. De hecho, pueden ser de gran utilidad al ayudarnos a abrir la mente a nuevas realidades.

Ahora bien, otra cosa distinta es que el conflicto se convierta en tu tónica habitual de vida. En ese caso, sí puede generarte problemas y puede convertirte en una persona conflictiva o enojona.

De hecho, no es nada ventajoso el tener una tendencia conflictiva.

El ser alguien que siempre está dispuesto a tener disputas con los demás y a no dar su brazo a torcer, puede acarrear graves problemas a la hora de relacionarse (perdiendo amistades, empleos…).

Es más, ser una persona conflictiva puede generar problemas legales y también de salud.

De hecho, además de poder llevar a peleas o enfrentamientos físicos, los constantes conflictos pueden generar trastornos físicos y psicológicos. Entre los más comunes: problemas gástricos, cardíacos, angustia, problemas de sueño, irritabilidad, depresión, ansiedad

Qué son los conflictos y cómo surgen

Si quieres saber si eres o no una persona conflictiva, es necesario que tengas claro qué es un conflicto.

Grosso modo, podemos definir el conflicto como una situación de desacuerdo que provoca una lucha o pelea.

El conflicto surge cuando dos o más tendencias u opiniones contradictorias chocan y no pueden resolverse o cuesta resolverlas.

Lo curioso es que estas discrepancias pueden venir tanto del exterior (conflictos interpersonales), como de nuestro propio interior (conflictos personales).

Por lo general, cuando una persona tiene muchos conflictos internos, los demás suelen verla como quejica, pesimista, derrotista… En este caso, es posible que se alejen de ella por cansina o tóxica, pero sin llegar a generar un enfrentamiento directo.

Sin embargo, cuando los conflictos son externos, es posible que sea etiquetada como persona conflictiva, enojona, peleona o incluso tóxica. En estos casos sí suele generarse un enfrentamiento directo.

Ahora bien, nadie está libre de verse envuelto en algún conflicto. Al fin y al cabo, todos podemos tener puntos de vista diferentes sobre alguna temática, pues no somos personas idénticas. Sin embargo, lo que hace que una persona sea etiquetada o no como persona difícil puede depender de diversos factores. Entre ellos, la frecuencia con la que tenga conflictos, la intensidad con la que trata de imponer su punto de vista, su “adversario” en el conflicto…

Ojo, puedes parecer una persona conflictiva sin serlo

Algo a tener en cuenta es que todos podemos “ser conflictivos” en un momento dado. De igual modo, también podemos ser acusados de serlo sin que sea cierto.

Respecto a esto último, quiero ponerte un ejemplo sobre cómo puedes haber sido etiquetado de persona conflictiva.

Imagina, que hayas llevado la contraria a alguien popular o poderoso. Incluso si lo hiciste de forma educada y una única vez, puede que la otra persona se haya sentido herida o irritada y quiera vengarse. En tal caso, es probable que se defienda tirando tu reputación por tierra y tildándote de persona conflictiva. Llegados a ese punto, puede que “la guerra” entre ambos quede declarada y esto te lleve a estallar de rabia en más de una ocasión, lo que a su vez reforzaría la idea de que eres conflictivo ante los demás.

¿Quiere esto decir que te has convertido o que ya eras una persona conflictiva? Probablemente no. Aunque tal vez te convenga aprender a jugar mejor tus cartas y tener más autocontrol.

Tu comportamiento puede ser conflictivo o poco habilidoso en un momento dado, pero eso no te convierte en una persona conflictiva. No es lo mismo ser que comportarse.

Otra cosa sería que tuvieses algún tipo de trastorno, como la sociopatía, donde ahí sí hay rasgos de personalidad conflictiva, pero no suele ser lo más común. Por lo general, tildamos de persona peleona o conflictiva a personas que reaccionan de forma más o menos exagerada en un momento dado. De todas formas, si te interesa el tema de casos más extremos como la sociopatía, déjamelo en los comentarios y preparé un nuevo artículo sobre ello.

Ahora bien, para no enredarte con tecnicismos, en este artículo hablo de personas conflictivas para referirme a las que tienen una tendencia marcada a tener conflictos. Es decir, en realidad lo que tienen es una tendencia de comportamiento y, como sabes los comportamientos pueden modificarse.

¿Cómo puedes saber si eres de los que buscas conflictos?

Si eres una persona conflictiva notarás sencillamente que estás en desacuerdo con otros o contigo mismo en más situaciones de las que te gustaría.

Algunas características que pueden darse en las personas conflictivas y enojonas son:

  • Tienden a ser muy competitivas y si pierden, se enfadan.
  • Muestran alta vulnerabilidad a la frustración, les gusta salirse con la suya y si no es así les cuesta manejar sus emociones al respecto.
  • Son inseguras y temen ser juzgadas o comparadas por otros.
  • Tienden al pensamiento dicotómico (blanco/negro; bien/mal) y suelen ser poco flexibles mental y emocionalmente. Al fin y al cabo, se sienten más cómodas en situaciones que puedan controlar.
  • Les gusta escaquearse de las tareas, son poco cooperativas, así se exponen menos a la crítica o muestran su superioridad, y se quejan si tienen que cooperar.
  • Pueden menospreciar a otros y tener un lado narcisista o complejo de inferioridad que tratan de disfrazar.
  • Tienden a huir de las responsabilidades o, por el contrario, sobrecargarse y asumir el control por miedo a delegarlas pues creen que nadie las hará también como ellos.
  • Les gusta imponerse, mostrar su autoridad y les cuesta seguir las normas de otros.
  • Cualquier pequeña discrepancia puede llevarlos a una discusión acalorada.
  • Creen tener la verdad absoluta y tratan de imponerla por eso aceptan mal las críticas.
  • Pueden llegar a ser muy exigentes con otros y con ellos mismos.

Qué puedes hacer para dejar de verte como una persona conflictiva

Lo primero, ten en cuenta que todos nos vemos envueltos en conflictos alguna vez, por lo que no desesperes.

Te propongo además 4 hábitos que puedes adquirir para dejar de ser una persona conflictiva o peleona.

1.      Fortalece tu empatía

Es posible que ante una discrepancia con otros te cueste ponerte en su lugar y entender su punto de vista. Es por eso que aprender a ser compasivo y revisar qué puede estar pasando a esa persona te ayudará a no encenderte en una pelea.

Tal vez no hayas contemplado su punto de vista o sus antecedentes para actuar de una determinada manera. Al fin y al cabo 6 y 9 se escriben igual, pero dependiendo de dónde te coloques lo verás de una forma u otra.

¿Verdad que sí eres capaz de empatizar en las pelis con el malo si te han explicado antes qué le ha llevado a comportarse así? Pues aplícalo a la vida real, empatiza más.

2.     Revisa si estás siendo influenciado por la ley del espejo

Ya te hablé sobre ello en otro artículo, pero básicamente es que a veces proyectamos en otros lo que nos está sucediendo a nosotros por dentro. ¿Puede que te enoje su forma de actuar porque tú a veces también lo haces y es algo de ti que no te gusta?

Revisa el artículo sobre la ley del espejo para tener más datos al respecto.

3.     Cuida tu salud emocional

Si te das cuenta, cuando te sientes bien contigo mismo, el mundo te parece mejor, dejas de dar tanta importancia a pequeñeces y vives más tranquilo.

Cuando te comportas como una persona conflictiva quizás estés peleando con otros porque no estás del todo bien contigo mismo. Tal vez te sientas triste, cansado, enojado… y esto te hace más vulnerable y menos comprensivo.

Por ejemplo, he notado que cuando tengo hambre, sueño, frío o me duele algo, estoy más peleona o insoportable.

Por eso, tómate la vida con cierta calma y relax, esto te ayudará a evitar conflictos y peleas.

Si algo no lo ves claro, antes de discutir con otros, revisa si estás en tu mejor momento.

4.     Deja de dar por sentadas las cosas

Como ya hemos comentado más veces, muchos malentendidos surgen de dar por sentadas cosas que no son. De hecho, muchas parejas entran en conflicto por ese motivo.

Por ejemplo, dan por hecho que si no me ha respondido a un mensaje rápido es porque no le importan, olvidando que puede haber muchas otras causas, y reciben a su pareja con rencor cuando se acerca.

Cuando esto pasa, es posible que se inicie la bola de nieve, más aún si la otra persona llega cansada o preocupada por el trabajo. La consecuencia de todo esto, es iniciar una discusión que se enlaza con otra y otra.

Por eso, si algo no te cuadra o te molesta, háblalo, no des por sentada la realidad. Por eso, como suele decirse, “lo que tú generas en mí no tiene que ver contigo, sino con cómo yo lo interpreto”. El cómo interpretes la realidad puede hacer que quieras o no entrar en conflicto.

A tener en cuenta si te ves como una persona conflictiva

Todos podemos entrar en conflicto en alguna ocasión.

Es posible que te veas o vean como una persona conflictiva si reaccionas de forma impulsiva, piensa antes de actuar.

Ten en cuenta que los conflictos se producen, por lo general, por tratar de interpretar la realidad de una forma un tanto rígida o sin tener en consideración los distintos factores que la rodean y, por tanto, en muchas ocasiones pueden evitarse siguiendo algunas estrategias básicas.

Si estás dispuesto a cambiar esta situación, y dejar de ser una persona conflictiva, pide ayuda a un profesional.

La restructuración cognitiva es una técnica psicológica muy eficaz que te ayudará a ampliar tu punto de vista.

De igual modo, el entrenamiento en habilidades sociales y el fomento de la inteligencia emocional te permitirán aprender a manejar estas situaciones que te generan angustia y conflictos.

De esta forma, pronto te sentirás más tranquilo y facilitarás las relaciones con aquellos que te rodean.

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

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Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

Ana M. Hidalgo, psicóloga magister en intervención en la ansiedad y el estrés.

Te ayudo a superar situaciones difíciles y salir fortalecido de ellas.

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