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¿Confías en tus recuerdos?, ¿podemos tener recuerdos falsos?

Autora: Ana M. Hidalgo

¿Crees que tienes recuerdos falsos?

Antes de que respondas, déjame que te cuente un experimento clásico de la psicología que aborda este tema.

El experimento de E. Loftus y sus colaboradores.

En este experimento se mostró a 45 estudiantes una película en la que un coche chocaba contra otro.

Tras visualizarla, los estudiantes debían estimar la velocidad a la que circulaba el coche que había causado el accidente.

La pregunta referente a dicha estimación se formuló de 5 maneras distintas cambiando el último verbo referido a la acción que había realizado el coche: estrellado, colisionado, chocado, golpeado y contactado con otro coche.

Por ejemplo, se preguntaba ¿a qué velocidad circulaba el coche que (se estrelló) / (colisionó) / (golpeó) …?

¿Cuáles fueron los resultados sobre los recuerdos ?

Hay que tener en cuenta que, todos los participantes habían visto la misma película.

Por tanto, el cambio de verbo para describir el accidente no debería afectar en su estimación de la velocidad.

Sin embargo, aquellos estudiantes a los que se les formuló la pregunta con verbos más “suaves” como contactar o golpear, hicieron una estimación de velocidad menor que aquellos a los que se les preguntó la estimación con verbos más “agresivos” como colisionar o estrellar.

En base a estos resultados, de este experimento se asumen varias cosas importantes.

Entre ellas, se muestra que la percepción de la realidad de una situación puede estar influida por acontecimientos posteriores, como es el lenguaje con el que abordemos su recuerdo, aunque existen más factores que pueden modificar un recuerdo (en el artículo de la felicidad sintética expliqué cómo podemos modificar nuestros recuerdos y preferencias para sentirnos más felices).

Por tanto, a la pregunta inicial sobre si podemos tener recuerdos falsos, la respuesta es SÍ.

Sí PODEMOS TENER RECUERDOS FALSOS, MANIPULADOS POR OTROS O POR NOSOTROS MISMOS.

¿Cómo funcionan los falsos recuerdos?

Una característica de la memoria humana es nuestra capacidad para almacenar información, así podemos emplearla con efectividad más adelante.

Para ello, almacenamos “ideas generales” de cada situación,  y reconstruimos o inferimos el resto a través de estos datos generales.

Se ha demostrado que, en este proceso de reconstrucción, se pueden implantar o generar recuerdos falsos.

De hecho, E. Loftus demostró que se pueden construir recuerdos falsos.

Es más, así lo hizo en varios de sus experimentos, en los que llegó a convencer a las personas de haberse perdido en su infancia en un centro comercial, haber viajado en globo, o incluso haber sido testigos de una posesión demoníaca.

Como tú mismo habrás experimentado, no somos capaces de recordar todos los detalles de una velada, aunque sí los aspectos principales, por eso la persona que conozca detalles de la misma, puede “complementar” tus recuerdos con los suyos al comentar la situación dada.

Tanto si sus recuerdos, como los tuyos son o no ciertos, es probable que, en las siguientes ocasiones en las que recuerdes la historia, emplees estos detalles.

De este modo, poco a poco, estos detalles se irán cargando de realidad y se irá creando en nuestra memoria recuerdos que no nos eran propios en un principio, más aún si la situación que se experimentó fue bastante emotiva.

¿Por qué tenemos falsos recuerdos?, ¿funciona mal nuestra mente?

Dado que nuestra mente almacena sólo ideas generales, nuestra mente no es una copia fiel de aquello que hemos vivido.

Por eso, con el tiempo, nuestros recuerdos evolucionan con la nueva información que vamos adquiriendo, con las nuevas experiencias y con las influencias externas de otras personas, como hemos visto, incluso por el lenguaje que utilicemos al evocar nuestros recuerdos.

Por si esto fuera poco, cuando percibimos algo, tampoco lo hacemos de forma objetiva.

Como sabes, nuestras experiencias anteriores influyen en los detalles y en los aspectos sobre los que centramos nuestra atención y sobre los que no, por lo que de algún modo, ya estamos distorsionando la realidad que envuelve a cada acontecimiento.

Sin embargo, esto no significa que nuestra mente funcione mal.

¿Qué significa tener recuerdos falsos?

Según el experto en neurociencia S. Della Sala, los falsos recuerdos son signo de una mente saludable, pues nos ayudan a preservar la vida.

Así nos da este simple ejemplo para explicarlo:

Imagina que estás en la jungla y notas un movimiento en la hierba, lo más probable es que te asustes pensando que hay un tigre o cualquier otro peligro, pese a que en el 99% de los casos es el viento quien mueve la hierba.

Sin embargo, si nuestra mente se relajara en una situación así, quedaríamos expuestos al peligro el 1% de las veces, elevando así nuestra posibilidad de morir ante un peligro que podría haberse evitado como era el tigre de la situación anterior.

Por otro lado, en términos generales, nuestra memoria y nuestros recuerdos son la gran mayoría muy ciertos.

Gracias a eso podemos recordar cosas tan sencillas como quiénes somos, dónde vivimos, dónde está nuestra oficina… y en general todas las pequeñas cosas que nos permiten desarrollar nuestro día a día.

Por eso, el hecho de ocasionalmente tener recuerdos falsos no hace que nuestra mente funcione mal.

¿Cómo son los actuales estudios sobre los falsos recuerdos?

A día de hoy, el estudio de la memoria falsa está siendo aplicado dentro de lo que se denomina “psicología forense” a fin de, entre otras cosas, determinar si el testimonio de una persona puede estar influido por una falsa memoria a la hora de declarar en juicios.

De igual modo, y aunque los resultados son todavía muy toscos, el implantar falsas memorias parece poder aplicarse para ayudar a personas con sobrepeso y se habla de una “dieta mental” donde se implanta la preferencia de algunos alimentos sobre otros.

No obstante, y aunque todavía falta mucha investigación, además de estudiar muchos aspectos éticos que habría que considerar, algunos investigadores creen que con el tiempo será posible implantar cualquier tipo de recuerdo falso en las personas, de este modo se conseguiría que las personas así modificadas pudieran orientar su conducta conforme a su recuerdo.

A mi modo de ver, es importante que conozcamos las limitaciones de nuestra memoria, y el hecho de que los falsos recuerdos se pueden instaurar fácilmente en nuestra memoria.

Sin embargo, creo que se nos pone por delante un importante debate moral a la hora de continuar con este tipo de investigaciones y el desarrollo de estas técnicas.

Después de leer esto, ¿sigues pensando que todos tus recuerdos son fieles a la realidad?

Cuéntanos tu opinión sobre las falsas memorias y comparte este artículo en tus redes sociales si te ha parecido interesante.

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

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