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¿Miedo al ridículo?

Descubre cómo superarlo fácilmente.

Autora: Ana M. Hidalgo

Que el miedo al ridículo no frene tu vida.

  • “Yo no me atrevería a hacer eso jamás, ¡qué corte!”
  • “¡Madre mía, qué dirán de mí!”
  • “Pensarán que soy tonto si digo eso”.

Piensa en algo que te de mucha vergüenza hacer, que creas que no harías en la vida. ¿Ya?

Ahora una reflexión rápida…

Ahora imagina que alguien se ofrece a pagarte una fortuna enorme precisamente por hacer eso que tanto miedo te da, ¿lo harías?, ¿qué harías por dinero?, ¿saldrías a la calle con un sujetador en la cabeza?, ¿irías a comprar el pan en pijama?, ¿dejarías que alguien te golpeara con un balón?, ¿harías el mono?, ¿comerías como un cerdo ante millones de personas?…

Existen multitud de actos que podríamos llegar a hacer si existe una importante recompensa económica por medio. Entonces yo pregunto ¿es que acaso las ganancias económicas hacen disminuir nuestro sentido del ridículo?

A mi modo de ver, el dinero puede influir en tanto en cuanto da una “justificación” a nuestros actos.

– “Yo esto lo hago por un motivo, no porque esté loco o sea un bicho raro”.

Motivos por los que el miedo al ridículo puede surgir.

En ocasiones dejamos de hacer o decir cosas por el miedo al ridículo, porque no encontramos la justificación, el motivo que calle nuestra vocecita interior.

El sentido del ridículo se relaciona con la sensación que sentimos al creer que estamos siendo observados y analizados por los demás ante una situación que puede dejar a la vista defectos o carencias que creemos poseer.

El miedo al qué dirán es una de las causas más frecuentes de ansiedad.

Sin embargo, todos podemos hacer cosas inusuales en un momento dado, ya sea por motivos económicos, diversión, o incluso por temas de supervivencia, entre otros muchos motivos.

Todos hemos experimentado esta sensación alguna vez en la vida.

A unos les asusta hablar en público; a otros, cantar en un karaoke, ir a una playa nudista o incluso ir sólos al cine…

¿Por qué el miedo al ridículo puede ser un problema?

El verdadero problema comienza cuando debido a estos miedos comenzamos a realizar conductas de evitación y aislamiento, a fin de que no descubran nuestro secreto: “somos falibles y por tanto, no somos perfectos”, pero deja que te diga un secreto, nadie lo es.

Es frecuente ver a niños que no quieren participar en juegos colectivos porque se creen no estar a la altura, o no poder hacerlo tan bien como el resto…

De este modo, su miedo a hacer el ridículo les va quitando oportunidades de divertirse, socializarse y les va minando su autoestima.

Lo mismo sucede con estos pequeños miedos adultos, podemos tenerlos bajo el control durante un tiempo, pero cuando salen a relucir nos hacen sentir pequeños, ridículos, insignificantes…y pueden dañarnos nuestra psique.

Debemos tener en cuenta que nuestra estabilidad psíquica y emocional se relaciona de forma directa con nuestro ajuste social, y éste se relaciona directamente con nuestro grado de asertividad, es decir, con nuestro derecho como persona a poder equivocarnos, a tener un punto de vista diferente, a no ser bueno en todo…

Pero, ¿cómo podemos superar el miedo al ridículo?

Como ya he comentado en otras ocasiones, el primer paso para enfrentarnos a un miedo es aceptar que lo tenemos y a continuación estudiarlo (pocas veces los miedos aparecen bajo su real apariencia).

  • Debemos cuestionar nuestro miedo:

¿Qué es lo que realmente nos asusta de ellos?, ¿a qué se debe nuestro miedo?, ¿qué pasaría en el peor de los casos si nuestro miedo se cumple?…

De este modo, tendremos valiosa información que nos permitirá fragmentar nuestro problema en otros más pequeños y manejables.

  • Plantéate un único reto cada vez y analízalo

¿En qué cosas me frena?, ¿qué ganaría si me deshago de este miedo?

Es decir, encuentra tus motivos, tus justificaciones para atreverte a hacer eso que quieres (no se trata de esperar a que alguien te pague por ello, sino a buscar la motivación dentro de ti).

  • Recuerda esta máxima: “el ridículo no existe, es sólo una elección personal de cada uno”.

Imagina que has salido de un baño público y accidentalmente has dejado tu ropa interior a la vista de todos.

Dado que tú no eres consciente de ello ¿te sentirías ridículo o violento por ello?

NO, por supuesto, ¡¡¡no lo sabes!!!

Sin embargo la situación está ocurriendo igualmente, las reacciones de los demás serán la misma pero la tuya no, dado que tú no has decidido sentirte ridículo, de hecho has asumido que no hay motivos para ello aunque sea por tu desconocimiento.

Por tanto, elridículo es sólo una elección personal.

  • Acepta que independientemente de que te sientas ridículo o no, no pasa nada, la vida sigue.

Es absurdo que limites tu vida por algo tan pasajero, aunque no lo creas, y pienses que si haces el ridículo no lo vas a superar, lo cierto es que las personas que te vean en esa situación que tú tanto temes, pronto se olvidarán de ella, no son tan importantes en sus vidas.

  • Aprende a reírte de ti mismo.

Usa tu sentido del humor.

Puedes comenzar practicando en el espejo a poner caras raras y graciosas, acompáñalas de algún bailecillo, a cantar o vestirte de forma estrafalaria algún día…

  • Exponte a tu miedo.

Pasa a la acción. Si ves que tu vergüenza es paralizante y no te atreves a dar el paso, pide ayuda.

Por tanto, desde aquí te animo a que pongas a prueba tu miedo al ridículo, trabajes sobre tus inseguridades en ámbitos sociales, confrontes tus pensamientos negativos y te atrevas a probar nuevas experiencias.

Por otro lado, te invito a recapacitar antes de criticar a alguien por “hacer el ridículo” pues en realidad, es una persona valiente, que se atreve a vivir su vida con independencia del “qué dirán los demás” es, en definitiva, un alma libre que no teme las opiniones de los demás, ni se refugia en ellas para dejar de hacer aquello que quiere.

Y tú, ¿en qué situación te has sentido ridículo?, ¿cómo lo superaste?    Cuéntanos tu experiencia, puede ser de gran valor para otros.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

 

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